En un esfuerzo científico y medioambiental sin precedentes, un proyecto conjunto entre la Universidad Andrés Bello y la Universidad de Chile, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), está en camino de convertir a Chile en el segundo productor mundial de cobalto, también conocido como el “oro azul”. Este mineral es esencial en la fabricación de baterías de ion litio para vehículos eléctricos debido a su capacidad para mejorar la duración de las baterías, reducir su tamaño y prevenir el sobrecalentamiento.
Actualmente, la República Democrática del Congo lidera la producción mundial de cobalto con 145,000 toneladas métricas en 2022, seguida por Indonesia con alrededor de 9,500 toneladas métricas. Según Pilar Parada, directora del Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello (CSB UNAB), Chile podría alcanzar el segundo lugar en la producción mundial simplemente aprovechando el cobalto presente en sus relaves mineros.
Esta iniciativa se basa en un estudio encargado por Corfo y Sernageomin, realizado por Brian Townley, investigador del Centro Avanzado de Tecnología para la Minería de la Universidad de Chile (AMTC-UChile). El estudio revela que Chile tiene el potencial de producir hasta 15,000 toneladas anuales de cobalto desde sus relaves, utilizando un método más limpio, con un menor impacto ambiental y costos de producción más bajos.
El proyecto, uno de los 10 proyectos IDeA Tecnologías Avanzadas 2023 financiados por ANID, busca utilizar la biotecnología para reprocesar los relaves mineros y recuperar el cobalto. Además de sus beneficios económicos, esta producción contribuiría a reducir el riesgo ambiental asociado con los depósitos de relaves mineros en Chile, la mayoría de los cuales se encuentran abandonados o inactivos, según datos de Sernageomin.
En términos económicos, a un precio promedio de US$44,700 por tonelada, la producción estimada desde relaves y minas podría aportar alrededor de US$1,118 millones anuales a la economía chilena.
Con proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) que indican un aumento del 207% en la demanda mundial de cobalto entre 2022 y 2050, este proyecto es una respuesta crucial a las necesidades actuales y futuras. Además, abre oportunidades para una economía más circular al valorizar los desechos de la minería del cobre, reduciendo costos y emisiones de gases de efecto invernadero.
Los depósitos de relaves con mayor concentración de cobalto se encuentran en las regiones de Atacama y Coquimbo, y al aprovechar estos recursos, Chile podría alcanzar una producción total de 25,000 toneladas al año, incluyendo la explotación primaria de yacimientos de cobre y cobalto en estas regiones. Este proyecto no solo representa un avance en la industria minera chilena, sino también un paso importante hacia un futuro más sostenible y limpio a nivel global.