61 empresas se suscribieron al programa piloto de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, en donde 3 mil personas fueron sometidas a un experimento que consistía en reducir la jornada laboral a cuatro días por semana, es decir, reducir las horas de trabajo en un 20%, y además mantener los mismos sueldos.
Después de 6 meses los resultados fueron informados, arrojaron que, el 92% seguirá optando por el nuevo modelo. Los resultados del estudio provienen de los datos administrativos facilitados por las propias empresas participantes en el plan piloto, así como de las encuestas y entrevistas a empleados, entre quienes el 62% son mujeres.
El estudio también arrojó que las bajas por enfermedad cayeron un 65% y la salida de trabajadores hacia otras empresas en un 57%. Asimismo, el antes y después muestra que el 39% de los empleados estaban menos estresados y el 71% tenía niveles reducidos de agotamiento al final de la prueba, y además, hubo más ingresos y beneficios para empleados como para las empresas.
Además, disminuyeron también los niveles de ansiedad, fatiga y problemas de sueño, mejorando la salud mental y física. La conciliación también mejoró durante la prueba piloto. Los niveles de satisfacción por la forma de administrar su tiempo aumentaron. De esa manera, fueron varias las formas en las que las empresas adaptaron las jornadas a su organización y cultura de trabajo: decretaron desde el clásico modelo de ‘viernes libre’ hasta estructuras ‘escalonadas’ en función de la compañía, o bien división de la plantilla en grupos intercalando lunes o viernes libres.
El experimento redujo la desigualdad de género en cuanto a la carga de cuidados que históricamente soportan las mujeres en mayor medida. Con más tiempo libre disponible, los hombres pueden dedicar más tiempo a las tareas domésticas o al cuidado de los niños, reduciendo la brecha de género en el trabajo doméstico y de cuidados parentales no remunerados.
En concreto, el informe indica que el tiempo que los hombres pasaron cuidando a los niños aumentó en más del doble que el de las mujeres (27% a 13%), pero la proporción del trabajo doméstico entre ambos sexos se mantuvo exactamente igual para un 68%.
Joe Ryle, director de ‘4 days week’ y uno de los impulsores del piloto junto a la Universidad de Cambridge y el Boston College, indicó que los “increíbles resultados muestran que la semana de cuatro días sin pérdida de salario realmente funciona. Seguramente ha llegado el momento de comenzar a implementarlo en todo el país”, finalizó.